El valor de una vida



Escrito por: Fernando J. Milanes MD


Estamos viviendo una época donde el valor de una vida depende de la política e ideología de cada cual.   Así vemos que la vida de jóvenes negros, ignorando sus antecedentes criminales, muertos por la policía merecen atención nacional y declaraciones públicas de altos funcionarios incluyendo el presidente.   En cambio los múltiples asesinatos de otros jóvenes negros, muertos por otros de su misma raza son ignorados, al igual que la joven asesinada por un inmigrante ilegal, entre numerosos ejemplos.   Existen organizaciones que defienden toda vida animal, como el mínimo pescadito “smelt” en California, sin importar las vidas de campesinos que no tienen agua para sus cosechas.   Porque existe esa indiferencia ante el aborto, donde se acaba con una vida real para muchos, pero indiscutiblemente potencial?

Como medico reconozco la necesidad de tomar estas medidas drásticas en casos de peligro para la madre, y también defiendo el derecho de personas adultas, mujeres y hombres, de tomar estas decisiones difíciles y no el colectivo.   Lo que no entiendo ni acepto, es la propaganda hecha por muchos miembros de nuestra sociedad liberal, dirigida a jóvenes cuyas edades distan del conocimiento y madurez necesaria para decidir objetivamente de que abortar es como operarse las amígdalas.   En un incidente reciente se descubrió que la organización “planned parenthood” abortaba fetos de hasta 17 semanas de gestación y vendía partes con la excusa de que estas se utilizarían para investigaciones celulares que evitarían muchas enfermedades.

En realidad estas promesas con el tiempo, no han sido cumplidas y hasta el momento los beneficios han sido limitadísimos.   Pero la interrogante es, cual es el valor de una vida?   El feto de 17 semanas tiene muchas más facultades que todos los animalitos defendidos a capa y espada en el presente, sin contar el futuro de estos.   Es hora de despertar de la inmoralidad presente, donde no existen valores, familias, ni educación religiosa o no. Se debe comenzar por inculcar el valor de un ser, ya sea de cualquier color, orientación sexual legitima, o condición económica, ya que nos crean a todos diferentes. Defender la vida humana debe ser prioridad para nuestra sociedad, porque esta es mucho más importante que cualquier “smelt”.

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