Escrito por: Elvis Occ
El ultimo
mensaje a la nación fue la confirmación de lo que ya muchos sospechaban (los
que no votamos por el teníamos la seguridad) sobre la mediocridad y medianía de
nuestro presidente. La letanía que leyó, atropelladamente por ratos, fue a lo
mucho una enumeración de chambonadas y cachuelos incompletos. Para colmo de
males ni tan siquiera menciono -y silo hizo fue fugaz- los temas que muchos
esperaban tocaría por ser esta su última alocución: seguridad ciudadana y reactivación
económica. Poco o nada de hubo de eso.
Sin embargo
nos enrostro sus numerosos programas sociales, como si regalar plata ajena
-impuestos de todos- fuera tan difícil. A mitad de discurso dijo con orgullo
velasquista que la remodelación de esa cafetera llamada Refineria de Talara era
un logro de su gobierno. Lo que no dice es que con lo que se invierta en esa
pieza de museo se pudo haber construido cuatro nuevas refinerías. Pero la
cereza del pastel fue la buena nueva del lote 88, recuperado y destinado para proveer
de gas al país. ¿No sabe acaso que ese gas está destinado a la generación de energía
eléctrica?
Se panudeo
con la captura de Orellana, pero evitó mencionar la de Martin Belaunde Lossio.
Que el VRAEM ya no estaba bajo el control de los narcoterroristas y la economía
peruana estaba creciendo más que México y Brasil, dijo con seguridad de alguien
que vive en Narnia. ¡Paciencia Perú!
Solo quedan doce meses más de asaltos, robos, sicariato, extorsiones,
corruptelas, blindajes y complicidades. Si llegamos inermes a las elecciones
presidenciales y votamos de un modo distinto, quizás el próximo mensaje a la nación
sea la confirmación de cosas mejores, desde un Congreso mucho mejor.
www.emergentes.org
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